MONUMENTO A LOS CAÍDOS EN ÁFRICA
Ferrol
Bronce
1951
Monumento de clara inspiración en el mundo griego. La figura principal es una Victoria que porta orgullosa en su mano derecha la corona de laurel. Recuerda a la Victoria de Samotracia en el uso de la técnica de los paños mojados: recién posada en el pedestal aun ondean sus ropajes ciñéndose al cuerpo. Sin embargo recurre también a elementos contemporáneos que conectan la imagen con obras como la estatua de la Libertad o la Victoria de
Turín, por medio de un claro ímpetu ascensional, una marcada verticalidad dada por el brazo derecho y las alas apuntando al cielo marcando una forma de V. Su cabello está trabajado en grandes masas a modo expresionista, mientras que el escudo con las armas de la ciudad evoca el arte novecentista. La figura corona una altísima pilastra de granito azul, cuyo capitel es obra íntegra de Manuel Barros; está formado por 9 piedras, ocho decoradas con hojas de acanto y una que forma la moldura superior y cuyo pedestal, con relieves de bronce.
En la base aparecen cuatro cartelas con vistas panorámicas de Ceuta, Melilla, Alhucemas y el Biutz. Éstas son obra del capitán de infantería de marina D. Víctor Gutiérrez Jiménez; por su parte la cartela dedicatoria fue hecha por Sabino Rico Díaz.
En la parte baja del núcleo central hueco que lleva el fuste del monumento se decidió colocar un pergamino, con un periódico, planos, fotografías y monedas, todo ello encerrado en un doble estuche de cristal envuelto en parafina y cinc soldado
Los trabajos de fundición empiezan en septiembre de 1948, usándose los cañones de África, donación del Ministerio del Ejército
La iniciativa de erigir un monumento a los ferrolanos caídos en África surge en el año 1927. La primera propuesta es hacer un monumento al general Franco, pero éste declina a favor a una obra dedicada a los fallecidos. El primer promotor es la Junta directiva del Casino, que empieza la recaudación de fondos a través de festivales benéficos y suscripción popular. En 1935 y a propuesta de D. José de Vierna y Belando se nombra una comisión para activar los trabajos, que elige al escultor Juan Balás para ejecutar el monumento. En 1936 la finalización de la contienda y el fallecimiento del escultor paralizan el proyecto; sin embargo la colecta sigue abierta y en enero de 1946 se alcanza la cifra de 25.868´18 pesetas.
En 1946 se reúne la junta directiva vice presidida por Rivero de Aguilar acordándose continuar con la actividad para la realización del monumento. Días después se pide en un artículo periodístico la erección del monumento o bien la distribución de los fondos con fines benéficos. Ante esto la directiva del Casino convocó a una reunión a los socios que habían presidido la sociedad desde 1926 y que conocían bien el problema, reunión de la que sale una comisión permanente formada por un representante del Ayuntamiento, otro del Círculo Mercantil, otro de la prensa local, otro del "C.O. de las C.N.M." y la junta directiva del Casino en pleno.
Se celebra así un concurso de bocetos cuyo primer premio queda desierto, por tanto se admite el presentado fuera de concurso obra de Hilario Ruiz de Labourdette en colaboración con Torrente Ballester. Comienzan las obras el 4 de octubre de 1946 hasta que el autor se ausenta de la ciudad el 21 de noviembre, momento en que se había iniciado la excavación y el hincado de los pilotes de hormigón. El encargado de la obra pasa a ser Manuel Barros, que se ocupa del cálculo y despiece, de la estructura de cemento armado y de la reforma del dibujo elegido para adaptarlo a las dimensiones más adecuadas.
Mientras en Santiago Rivero de Aguilar firma un contrato con Asorey por el cual éste se comprometía a presentar dos maquetas de las cuales la comisión elegiría la que considerase más digna, así como la realización del proyecto, de 5 metros de altura y la presentación de la escayola para ser fundida en bronce. La comisión acude al taller de Asorey y elige el modelo que hoy remata el monumento con ligeros cambios, como que la corona fuese mayor y que en el escudo en que se apoya la victoria apareciesen las armas de la ciudad, copiadas del escudo de la hoy desaparecida fuente de san Roque, al parecer el más antiguo de la Ciudad.
Mateo García de los Reyes (ingeniero jefe de fundición de una importante empresa local) y Cruz Bermejo (maestro de la misma) indicaron las partes en que se debían dividir los moldes, que Asorey recibe en julio de 1948.
Asorey hizo dos reproducciones en bronce de la maqueta de un metro; una es donada a Franco y otra al Casino ferrolano.
El monumento se inauguró el día 15 de septiembre de 1949, estando presidido el acto por el General Franco. La Armada y el Ejército, alcaldes, ministros, autoridades regionales y locales y excombatientes completaban el elenco de asistentes. A la altura del monumento se encontraba la Comisión en pleno con el Señor Peña Gabilán, presidente del Casino en 1926, los escultores Asorey y Víctor Gutiérrez, el ingeniero Dopico, el coronel Iglesias Braje y el Ayuntamiento en pleno.